Carla y Mario se conocieron hace 6 años. Su historia surgió como cuando no buscas nada, ni lo esperas.
La boda de Anabel y Rafa, pese a los múltiples cambios de normativa a los que tuvieron que amoldarse, se celebró finalmente el pasado 19 de diciembre, tras haberse tenido que mover la fecha inicialmente prevista.
La boda se celebró en Don Benito, Extremadura, en la Iglesia de Santa María. Decidieron que la celebración tuviera lugar en la Finca Caperuza, lugar donde Rafa pidió matrimonio a Anabel, donde se celebró la pedida, un espacio propiedad de la familia y al que se refieren sus mejores recuerdos. Dada la temporada del año en la que se casaban, la boda estuvo ambientada con una temática navideña, incluso con la vajilla que era de la novia, de Vista Alegre y de Villeroy and Boch. El catering corrió a cargo de Campuzano.
Anabel lució magnífica con un estiloso diseño de JESUS PEIRO, de Novias Pepita Dueñas, look que se complementó con unos zapatos de Aquazurra y una corona de Maruca. Una cinta de terciopelo rojo, de la que colgaba una medalla de la virgen de Araceli, envolvía el ramo de la novia con una frase grabada: “All you need is love”, título de la canción elegida por la novia para su entrada en la iglesia. Un ramo navideño, como no podía ser menos en estas fechas, regalo de las testigos de la boda.
Rafa escogió su traje en Gentleman y como gemelos escogió un avión, haciendo un guiño a su profesión de ingeniero aeronáutico. Los calcetines, de Sockets, llevaban grabada la fecha de la boda (12.12.2020) y los nombres de los novios.
Como en toda boda hubo imprevistos. En Don Benito nunca llueve en diciembre, pero ese día llovió constantemente, por lo que se tuvo que recurrir al plan “B”, incluso en las fotos. La organización de la boda a cargo de la empresa de wedding planners Bambarela permitió que todo discurriera a la perfección, quedando constancia en las magníficas imágenes del fotógrafo Antonio Sánchez y de Mrfilmakers que grabaron el vídeo.
Fue una boda muy emotiva y sentimental. Las intervenciones sentidas dirigidas a la pareja por parte de sus familiares más queridos, las entregas de ramos, los votos hicieron que los asistentes derramaran lágrimas, mezcla de emoción y alegría.
Anabel y Rafa tuvieron claro desde un principio que, aunque fuera duro y se hubieran de amoldar a las condiciones del momento, iban a celebrar su unión en diciembre del 2020. El soporte y el apoyo familiar que recibieron les permitió afrontarlo todo mejor. Tal y como ellos afirman, “cuando realmente sabes el motivo por el que te casas y en nuestro caso era unir aún más nuestras vidas, todos los contratiempos pasan a un segundo plano. Nosotros no queríamos esperar el momento perfecto, sino hacer perfecto el momento”.
