Los vestidos de la colección de JESUS PEIRO proponen siluetas de novia, algunas con trazos decisivos de vestidos de corte clásico; otras más afinadas y mullidas, construidas con muchas capas de tejidos ligeros y transparencias.
La colección cuenta con prendas urbanas como el mono pantalón, el minivestido o la túnica; o una nueva línea sirena llevada al extremo. También son novedad las siluetas perfiladas a cadera baja y las columnas trapecio.
Los tejidos bañan el cuerpo de luz: los tules, con acabados de escarcha y caviar; los encajes y Chantilly en su versión más transparente; las intarsias, en superposición de figuras translúcidas; los brocados y fil coupé con sus trazos florales; el bordado suizo con sus dibujos calados. En los habituales tejidos lisos de la firma, los acabados son sorprendentes. Juegan con aspectos mates y brillantes, encerados y esmerilados, y acabados de efecto mojado y espumosos.
Son siluetas encendidas que iluminan los vestidos como si escondieran una luz en su interior. En los escotes, se celebra el regreso de un mito del sector nupcial: el escote palabra de honor; los balconet, perkins, y el halter cuadrado, suben su nivel de protagonismo. Las mangas globo, ranglan y abullonadas aportan a las siluetas una lectura en clave de costura.
Las faldas llevan aberturas, también en los grandes volúmenes. Los volantes adornan, los lazos embellecen, las plumas alborotan, los flecos bailan y las flores imponen su poesía. Capas con grandes mangas, con lazadas en voile de seda y remates en marabú, abrigan a las delicadas ninfas, que cuentan también con chalecos y echarpes de tafetas reversibles y suaves prendas de punto para protegerse del rocío.