Hay países donde un amanecer o un ocaso suponen un verdadero espectáculo.
Ése es sin duda Japón. El país del sol naciente es uno de los mayores tesoros del lejano Oriente. La tradición de sus preciosos templos y jardines y la más avanzada modernidad se entremezclan en un país a la vanguardia de la innovación robótica y tecnológica. Su capital, Tokio, es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Pero a las afueras de esta megaurbe, el sosiego invade las poblaciones que en primavera quedan impregnadas por el aroma de los almendros en flor a los pies del monte Fuji.
Tradición y vanguardia. Estas son las claves que mejor definen la idiosincrasia de un país que conmueve a quienes lo visitan. Precisamente, su atractivo reside en la combinación de la más completa modernidad que podemos contemplar en Tokio con las tradiciones milenarias que aún se conservan en el archipiélago del sol naciente, formado por un conjunto de casi 7.000 islas e islotes.
“El país tiene una extensión de 377.873 kilómetros cuadrados, lo que equivale al tamaño de Alemania y Suiza juntas”
Tokio, la capital de Japón, constituye un destino perfecto para comenzar un viaje repleto de buenos recuerdos a través del país asiático. Anuncios publicitarios con potentes y coloridas luces de neón, tiendas de tecnología y de moda, establecimientos abiertos durante las 24 horas del día… Podría parecer que nos encontramos en Times Square, en pleno centro de Nueva York, pero no. Se trata de Shinjuku, el barrio más famoso y cosmopolita de Tokio, cuya iluminación recuerda precisamente al Times Square neoyorkino o al Piccadilly Circus de Londres. Shinjuku cuenta con una estación que está considerada como una de las más transitadas no sólo de Japón, sino de todo el mundo. Pero si hablamos de grandes cifras, uno de los edificios que más destacan en la capital nipona es el Metropolitan Government Building, que con sus 243 metros de altura alberga la sede del Ayuntamiento de Tokio.
A pesar de su crónico estrés y ajetreo, la ciudad de Tokio también cuenta con remansos de paz donde poder descansar de tanta actividad frenética. Uno de ellos es el parque Yoyogi, un Central Park a la japonesa donde poder practicar deporte o dar un tranquilo paseo.
“La red ferroviaria y de metro de Tokio es una de las más extensas del mundo con 70 líneas”
Japón es mucho más que Tokio. Desde la capital japonesa podemos tomar un tren que en un cómodo trayecto de unas dos horas de duración nos conducirá hasta Nikko, cuyo conjunto de templos y santuarios fueron declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. No es casualidad por tanto que una de las construcciones con mayor patrimonio cultural de Japón se encuentre en este lugar. Se trata del santuario Toshogu, de una extraordinaria y singular belleza. Tampoco podemos abandonar Nikko sin cruzar el puente Shinkyo sobre el río Daiya.
Este puente sagrado lacrado de un intenso color rojizo, y que en la época feudal sólo el emperador tenía derecho a cruzarlo, nos conduce hasta un bello parque cuya visita merece la pena. El Parque Nacional de Nikko también supone todo un sobrecogedor paisaje.
“El 70% del terreno de Japón es montañoso, lo que lo convierte en un destino ideal para el senderismo y el montañismo”
Kioto debe su merecida fama a sus excelentemente preservados sitios históricos. Fue capital de Japón y residencia del emperador. En esta ciudad hallaremos la esencia del país del Sol Naciente visitando monumentos más representativos como el Palacio Imperial, el Castillo Nijō, el Kinkaku-ji y el Ginkaku-ji, o el Santuario Heian o el de Fushimi Inari-taisha, los exponentes más bellos de la isla nipona.
Pero Japón no sólo es conocido por sus maravillas y joyas monumentales, sino también naturales. Y el monte Fuji es su principal estandarte. No es una cumbre nevada más. Sus alrededores suponen todo un paraíso medioambiental repleto de atractivos, como por ejemplo el conjunto de lagos que se encuentran en sus proximidades. Aunque su estampa más famosa la forman sus almendros en flor en primavera, cualquier época del año resulta preciosa para contemplar esta majestuosa zona de Japón. Para aquellos que deseen conocer una de las zonas más espirituales del país nipón resulta recomendable acercarse hasta Kamakura, que destaca por su colección de templos y santuarios. Aunque si por algo es conocida esta localidad japonesa es por su gigantesca escultura de Budha.
Cerca del monte Fuji se encuentra la ciudad de Hakone, en el parque nacional de Fuji-Hakone-Izu. Es un lugar ideal si te gusta la naturaleza y los baños termales u onsen. Es una zona montañosa bastante grande, con mucho que ver y hacer y con grandes rutas de senderismo. Hakone es un importante centro turístico, y si a ello le sumamos un gran número de museos, una naturaleza muy conservada, y unas vistas impactantes al monte Fuji, la convierten en una ciudad sin duda digna de visitar.
Todo el exotismo del lejano Oriente te espera en el país del sol naciente.
Recomendaciones:
- No dejes de cruzar el paso de peatones más transitado del mundo, en el barrio tokiota, Shibuya.
- Probar todo tipo de comida japonesa, no sólo sushi. Como takoyaki, okonomiyaki, ramen, tempura… ¡Pruébalo todo!
- Terminar el día contemplando el atardecer desde el templo Kiyomizu, en Kioto.
- • Perderte por las calles adyacentes a Takeshita, descubriendo los numerosos cafés y tiendas de segunda mano.
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