Foto de Moussa Idrissi
Marruecos es un destino exótico y cautivador para los recién casados que buscan una luna de miel llena de encanto, historia y romance.
Dos de las joyas más brillantes de este país, Marrakesh y Casablanca, ofrecen una experiencia única que combina la rica cultura marroquí con la sofisticación y el misterio que solo este destino puede ofrecer.
Un oasis de colores y cultura
De izquierda a derecha: Foto de Gül Işık; foto de Taryn Elliott
Encuentro de modernidad y tradición
Casablanca, la ciudad costera y moderna de Marruecos, ofrece una mezcla única de tradición y progreso. La Meseta de Anfa es el lugar perfecto para disfrutar de impresionantes vistas al océano Atlántico y de la moderna arquitectura que caracteriza a la ciudad.
La Gran Mezquita Hassan II, con su arquitectura majestuosa y ubicación junto al mar, es una visita imperdible. Esta mezquita, una de las más grandes del mundo, refleja la rica herencia cultural y religiosa de Marruecos.
La Corniche de Casablanca ofrece un lugar encantador para pasear, con vistas al océano y a la ciudad.
Los recién casados pueden disfrutar de una cena romántica en uno de los restaurantes a lo largo de la Corniche, experimentando la modernidad de Casablanca mientras se sumergen en la tranquilidad del entorno marítimo.
Foto de Tom D’Arby
Marrakesh y Casablanca, dos ciudades marroquíes llenas de encanto y contrastes, se presentan como destinos incomparables para una luna de miel mágica en Marruecos.
Desde la bulliciosa vida de la Medina hasta la modernidad y tradición de Casablanca, este viaje promete ser una experiencia inolvidable, llena de romance, cultura y descubrimientos mutuos.
Marruecos, con su diversidad única, ofrece el escenario perfecto para que los recién casados comiencen su vida juntos con recuerdos que perdurarán para siempre.