La influencer Melissa Villarreal se casó el pasado sábado 18 de mayo con el empresario Eduardo Zouein en ‘Villa María’, ubicada en Somió (Gijón), en una ceremonia religiosa protestante.
Aproximadamente 250 invitados, entre familiares y amigos, los acompañaron en su día especial, donde la lluvia, casi siempre presente en el norte, hizo su aparición pero no logró empañar ni un ápice la ceremonia ni la celebración.
La ceremonia comenzó a las 12:30. Acompañada por su padre, Jaime Villarreal, Melissa hizo su entrada con una gran sonrisa, revelando finalmente el gran secreto de todas las novias: su look nupcial. Anteriormente, nos había adelantado que sería “sofisticado y femenino” y que había confiado en Inuñez Atelier. Se trataba de un diseño de alta costura con distintos tejidos —organza, muselina de seda, satén y drapeados—, con cuerpo ceñido y líneas en relieve, falda vaporosa con flecos hechos a mano y cola salpicada por flores con cristales. Además, llevaba una original capa de cristales, un velo de organza que nacía de su moño y un ramo de flores en cascada. En cuanto a las joyas, apostó por piezas muy especiales creadas junto al equipo de Rabat: unos pendientes florales inspirados en la naturaleza y el sol brillante sobre el mar, elaborados con diamantes y gemas preciosas.
En la boda de Melissa Villarreal y Eduardo Zouein no faltó ningún detalle. Los novios se preocuparon por la comodidad de sus invitadas y, para ello, confiaron en las alpargatas de Macarena. Antes de comenzar el baile, las invitadas pudieron cambiarse los tacones por preciosas babuchas personalizadas con un bordado de ostras, lo que les permitió seguir disfrutando de la fiesta.
Las asistentes más conocidas al enlace compartieron en redes sociales el romántico corner de alpargatas de Macarena.
Convertidos ya en marido y mujer, los novios y sus invitados celebraron en la misma finca. Disfrutaron de un cóctel que incluía platos típicos de la región, como fabada y quesos, y un menú compuesto por ensalada de langostinos con una sopa cremosa de tomate, paletilla de cordero con parmentier de patata y pimientos del piquillo, y un postre especialidad de Casa Gerardo, encargados del catering.
Uno de los momentos más emotivos fue el baile de Melissa con su padre, al ritmo de la canción “What a Wonderful World”, de Louis Armstrong, y uno de los más divertidos, el lanzamiento del ramo de la novia a las invitadas solteras. Más tarde, Melissa se cambió de vestido y lució otro diseño de Inuñez Atelier, de satén de seda con apliques de cristal y gasa, que creaban un efecto pluma, y un detalle en la espalda con forma de mariposa. Así dio comienzo el baile de los recién casados, quienes eligieron un romántico bolero, marcando el inicio de un día único y lleno de emociones, que se prolongó hasta la noche.