La historia de Elena y Matías comenzó el verano de 2015, cuando las bulliciosas calles de Madrid fueron testigo de un encuentro que cambiaría, de forma inesperada, el rumbo de sus vidas.
Lo que comenzó como una amistad formidable, se convirtió en una bonita y autentica historia de amor.
Elena, una joven asturiana recién graduada en periodismo y temporalmente establecida en la capital, cruzó su camino con Matías, un peruano-bilbaíno que residía en Madrid. Un encuentro que se produjo en la conocida plataforma geosocial Tinder en la que, inicialmente, ninguno de los dos confiaba en que lo que encontrarían sería el amor. A la emoción de conocerse telemáticamente, se le sumó un aire de misterio y enigma cuando Elena empezó las prácticas del Máster de periodismo en una emisora de radio pero no reveló a Matías en cuál en concreto. Él, curios al no saber cuál era, iba buscando su voz entre las ondas, añadiendo un encanto especial a sus días.
Fotografía: Elena Mur
Fue el 15 de octubre, cuando decidieron dar el paso y se encontraron por primera vez. Optaron por una cita sencilla pero encantadora: compartir una deliciosa pizza en un bar de Malasaña, un barrio conocido por su ambiente bohemio y acogedor. Este primer encuentro cara a cara consolidó aún más su conexión.
Lo que siguió fue una amistad que creció y se fortaleció con el tiempo hasta el día de su compromiso. La propuesta de matrimonio llegó en diciembre de 2020, tras un mes de pistas, juegos y sorpresas con amigos y familia. En Tierra del Agua, un hotel rural en las montañas asturianas, bajo un manto de nieve, atrapados por aludes, hubieron de prolongar la magia de ese momento único. Después de esta maravillosa pedida, la vida les retó, cuando diagnosticaron a la madre de ambos una enfermedad. Sin embargo, con una montaña rusa de emociones y con el corazón lleno de aprendizaje y superación, llegó finalmente el año de su enlace, 2023.
Fotografía: Elena Mur
El 15 de julio de 2023, en el Palacio de Meres, Asturias, tuvo lugar un evento que quedará grabado en sus memorias para siempre. La encantadora capilla de Santa Ana, adornada con exquisitas hortensias blancas y verdes, candelabros centelleantes y velas titilantes, fue escenario de un emotivo intercambio de votos y el tan esperado “sí, quiero”. Desde lo alto de la iglesia, el sonido melódico de un gaitero y un tamborilero llenó el aire con el himno asturiano, creando un momento de profunda conexión.
Fotografía: Elena Mur
Tras la ceremonia, Elena y Matías fueron recibidos con alegría por gaiteros y un elegante coche clásico, que los esperaban para homenajear su salida. Mientras tanto, el cóctel se transformaba en un torbellino de ritmo y sabor, gracias a la música y aperitivos que deleitaban a todos los familiares y amigos. La sorpresa llegó con la aparición de dos bailarines peruanos, vestidos con trajes tradicionales, que deslumbraron a todos con sus espectaculares marineras, un homenaje emocionante a la cultura de Matías.
Fotografía: Elena Mur
La cena, servida con elegancia en el patio del palacio, deslumbró con su presentación y detalles decorativos cuidadosamente seleccionados. Entre plato y plato, las sorpresas no cesaban, y Matías tomó el micrófono para dedicar una canción especial antes del baile nupcial, marcando así el comienzo de una fiesta que fue inolvidable.
Fotografía: Elena Mur
Un grupo musical, con canciones que abarcaban desde clásicos hasta éxitos actuales, mantuvo a los invitados muy animados, mientras que un imponente robot de tres metros, iluminado con luces LED, guiaba a la multitud hacia el llagar del palacio, donde un experto DJ animó la noche con una selección de música vibrante y envolvente. Para añadir un toque de diversión, un toro mecánico hizo su aparición, desafiando a los más valientes y añadiendo una dosis de emoción a la celebración.
Fotografía: Elena Mur
Y así, entre risas, bailes y delicias culinarias, la boda de Elena y Matías se convirtió en un festín para los sentidos, una celebración de amor, cultura y momentos inolvidables que perdurarán en la memoria de todos los presentes.
Fotografía: Elena Mur